Santiago el Mayor

Una tradición difundida en España an­teriormente a la invasión musulmana dio lugar a la leyenda según la cual el cuerpo del Apóstol habría sido milagrosamente trasladado de Palestina a Galicia, donde a principios del siglo IX se veneraba como suyo un sepulcro junto a la antigua ciudad de Iria Flavia, en el mismo lugar donde más tarde surgió el gran santuario de San­tiago de Compostela.

Convertido en patro­no de la tierra cristianizada por él según aquella tradición, Santiago aparece a me­nudo al frente de las tropas de aquélla en la guerra contra los moros, y así en la Primera Crónica General (v.) de Alfonso el Sabio y en otros textos se narra la apa­rición del Apóstol, que montado en blanco corcel y blandiendo una resplandeciente espada, guía a las huestes cristianas contra los enemigos de la fe. El culto a Santiago y la fundación de su santuario en Compos­tela tuvieron una importancia enorme para España y para Europa entera. En realidad, muchos aspectos de la historia española serían inconcebibles sin aquel culto al cual se debieron el establecimiento de la Orden de Cluny y de otras no menos importantes en el norte de la Península, convertida en meta de grandes peregrinaciones. Con estas peregrinaciones, por otra parte, y con el «camino de Santiago» o «camino francés» a lo largo del cual se desarrollaban, algunos filólogos han relacionado las primeras ma­nifestaciones de la poesía en lengua ro­mance.