Nació en Plasencia el 17 de septiembre de 1767, murió en Milán el 2 ‘de enero de 1829. Estudió en el Colegio Alberoni, y fue ordenado sacerdote en 1793. En 1796, a causa de una disertación sobre el tema: «¿Qué gobierno libre conviene más a la felicidad de Italia?», fue expulsado de la Administración general de Lombardía y encerrado en las prisiones del Santo Oficio.
Bien pronto, sin embargo, la República Cisalpina, proclamada en 1797, le devolvió la libertad. La disertación, enviada a Milán, había sido premiada y el Consejo de los Juniors lo solicitó como redactor. Después de breve vacilación, Gioia se dirigió a Milán, donde, habiendo colgado los hábitos, fue nombrado ciudadano de la República. Después de haber renunciado al cargo de redactor en el Consejo de los Juniors, se entregó al periodismo y fundó con Foscolo y con Giacomo Breganze el Monitore italiano, publicando gran cantidad de opúsculos para criticar los abusos de poder del gobierno. Una carta dirigida al duque de Parma en la que protestaba contra la prisión que había sufrido y en la que solicitaba ocho mil liras de indemnización por el encarcelamiento de Plasencia, le valió una nueva prisión a principios de abril de 1799, a instigación del agente de Parma en la República Cisalpina y del ministro de España.
Pero después de la batalla de Marengo, recuperó G. la libertad y, vuelto a Milán, fue nombrado cronista de la segunda República Cisalpina. En 1803, a causa de un libro escrito por él para defender el divorcio (Teoría civil e pénale del divorzio) fue destituido de su cargo de cronista. Pero cuando se estableció el reino itálico (en 1805), Gioia fue nombrado primero empleado de policía y luego director del Servicio de Estadística del Ministerio del Interior. A consecuencia de nuevas críticas sufrió nuestro autor nuevas persecuciones, pero en 1811 fue llamado a Milán por Vaccari, ministro del Interior, quien le confió la compilación de las estadísticas de los departamentos del reino. Atendía a este trabajo cuando sobrevino el derrumbamiento del reino. Se retiró entonces a la vida privada y publicó varias obras de Economía política, de Sociología y de Ideología. Su última obra fue la Filosofía de la estadística (v.).
G. Capone Braga