Divinidad india: es el Eros o el Cupido de aquella mitología. En el Rig- Veda (v.) está concebido como algo abstracto e impersonal, como el deseo en cuanto primera manifestación vital del único Existente.
El Atharva-Veda (v.) exalta a Kāma como forma concreta de la eterna aspiración humana por la bondad y la belleza y ve en él al supremo dios creador; pero en alguno de sus pasajes se vislumbra ya la potencia divina que enciende el deseo en los corazones. En los Purāṇa (v.), Kāma tiene por consorte a Rati o Revā, la Venus india, diosa del placer. Una conocidísima leyenda puránica narra la incineración de Kāma por obra de Śiva (v.): mientras éste está sumido en severa penitencia, Káma le interrumpe suscitando en su corazón amorosos pensamientos por Pārvatī (v.); Śiva, entonces, airado, reduce a Kāma a cenizas mediante el fuego de su ojo frontal, pero después le concede la resurrección bajo las formas de Pradyumna, hijo de Kṛşṇa (v.) y Rukmini.
Como en ésta, también en otras muchas leyendas puránicas Káma es el indispensable coadjutor de las Apsaras (v.), de las que es también el señor, en su papel de perturbadoras y destructoras de las prácticas devotas de algunos excelsos sabios, que inspira temor a los propios dioses. Su fiel compañero es Vasanta, dios de la primavera, que con el encanto de la naturaleza animada e inanimada arrebata el corazón de los mortales. Kāma está armado de arco y saetas: el arco está hecho de caña de azúcar y la cuerda está formada por una serie ininterrumpida de abejas, mientras cada saeta tiene en su punta una flor diferente. Se le representa como un grácil muchacho montado sobre un papagayo y rodeado de ninfas.
M. Vallauri