Personaje central de la obra homónima (v. Teatro de Brecht), del escritor alemán Bertolt Brecht (1898- 1956). Galileo es el matemático y astrónomo que rebatió el sistema ptolomeico e impuso el copernicano, lo que le valió ser perseguido por la Inquisición.
En líneas generales el dramaturgo alemán sigue la conducta del personaje histórico. Galileo, seguro de su descubrimiento, lo divulga demostrando así la validez de la razón humana. Utiliza para ello el telescopio, invento que se ha apropiado. Sus descubrimientos lo enemistan con la Inquisición. Su obra es divulgada por libelistas y autores de canciones. Es motivo de inspiración en el Carnaval de 1632. El pueblo ve en Galileo al revelador científico y al iniciador de un nuevo orden: «¿Quién no sueña con ser su propio señor para siempre?» El problema del personaje es moral; se centra en los dos caminos que su conflicto con la Inquisición le plantea: o morir para defender la verdad o renunciar a ella para vivir.
Pero Galileo es el héroe dialéctico. Al avance material del hombre corresponde una moral más avanzada, una nueva línea de conducta. Efectivamente, Galileo admitirá su error frente a la Inquisición, con lo cual salvará la vida, pero proseguirá sus investigaciones en la prisión. Desde 1633, en que revoca su teoría frente a las acusaciones de la Inquisición, Galileo se encuentra solo, abandonado por sus discípulos que se creen traicionados. Ellos no han comprendido la hábil maniobra del maestro.
Andrea, su discípulo predilecto, le visita antes de marchar al extranjero. Él se encarga de llevar fuera de las fronteras italianas el texto de los Discorsi, obra escrita por Galileo durante su prisión. La marcha de la ciencia y la liberación del pueblo oprimido seguirán su camino frente a la tiranía y al oscurantismo: «La verdad se impone en la medida en que la impongamos. La victoria de la razón sólo puede ser la victoria de los que razonan».