[Gawain o Gauvain]. Entre los personajes del Ciclo bretón (v.), éste es, quizá, el que hallamos con mayor frecuencia. Es el protagonista de un poema latino de Eobert de Torigny (siglo XII), El nacimiento de Galván, sobrino de Artús (v.), en el que se le presenta como hijo de Loth, rey de Noruega, y Ana, hermana de Artús (v.); sus aventuras eran asimismo narradas en un poema perdido, Las hazañas juveniles de Galván [Enfanees Gauvain].
Aparece por vez primera en las Gestas de los reyes de Bretaña, donde es el brazo derecho de Artús en su guerra contra los romanos, y muere en una batalla librada contra Mordred, que se había sublevado contra el rey. Volvemos a encontrarle en el Poema de Bruto y en los principales del ciclo (v. Cligés, Ivain, Lanzarote y Perceval), ello sin tener en cuenta los poemas menores de aventuras de los siglos XIII y XIV: Sir Galván y el caballero verde (v.), Galván y el tablero de ajedrez [Gauvain et Vechiquier], La muía sin freno [La mulé sans frein], La boda de Galván [Le mariage de Gauvain], La venganza de Raguidel (v.), el Meraugis de Portlesguez (v.), y otros.
En alemania se le dedicó el largo poema Corona (v.). En el «román» francés en prosa La muerte de Artús (v.) se asigna un importante papel a Galván, siempre junto a su rey y fiel a éste hasta la muerte. Es el modelo de todas las virtudes caballerescas, aun cuando también uno de aquellos personajes destinados solamente a crear una atmósfera simbólica e impersonal que realce las figuras de primera fila, las cuales se moverán en tal ambiente con actitudes propias.
Dotado de una fuerza extraordinaria, que aumenta o disminuye al salir o ponerse el sol, constituye el ideal de toda generosidad bélica, símbolo de la fidelidad del soldado a su señor y del vigor puesto al servicio de un fin justo. No le guía interés personal alguno, y ni siquiera el amor logra infundirle sus impulsos, a pesar de que Galván no se halla vinculado, como Perceval (v.), a una necesaria castidad Es el caballero aventurero por excelencia ligado indisolublemente a Artús y a todo lo que le rodea, y muere con su rey al hallarse también cerca del ocaso este mundo de aventuras inciertas y hermosas narraciones.
C. Cremonesi