Personaje del drama El loco Dios (v.) de José Echegaray (1832-1916). Gabriel es una especie de superhombre, a la vez bondadoso y justo, que ha triunfado en la abogacía y los negocios.
Gabriel ama a Fuensanta, viuda rica y joven, de salud delicada, constantemente rodeada de parientes que esperan la herencia. Gabriel se va a América para enriquecerse y poder realizar su sueño. Como la proyectada boda de Gabriel y Fuensanta constituye un grave obstáculo para los intereses de los parientes, éstos, cuando Gabriel vuelve de América, creen notar en él síntomas de locura.
La boda se celebra, pero los síntomas de locura de Gabriel se agravan y más cuando quiere matar a don Baltasar, uno de los parientes de Fuensanta,, al que el joven abogado cree encarnación de Lucifer. Gabriel se presenta como el defensor del candor y la inocencia frente a los turbios manejos de intereses materiales. Gabriel se mueve entre el ideal más alto y la paranoia ibseniana. Se cree a la vez el Gabriel enamorado de Fuensanta y el propio Dios. Como suele suceder en el teatro de Echegaray, el carácter del personaje es falso, de muy poca exactitud psicológica.
Cuando llegan los enfermeros que se lo deben llevar al sanatorio, Gabriel, en medio de efectismos truculentos — con la esposa en brazos, incendia la casa — y gestos epilépticos, lanza una tremenda maldición contra los parientes. Gabriel simboliza la grandeza de los nobles propósitos frente a los mezquinos egoísmos, representados por los parientes de Fuensanta.