Esteban el Loco

[Bolond Istók]. Per­sonaje proverbial húngaro, acerca del cual nada más se conserva una frase: «sólo nos echó un vistazo como Esteban el Loco en Debrecen». Su figura se mantuvo viva en la conciencia popular gracias a dos poesías.

La primera es un breve poema titulado con su nombre (v.), de Sándor Petófi (1823- 1849), que nos lo presenta como un joven vagabundo, que en todas las adversidades conserva su optimismo, sabe ser feliz y crea la alegría a su alrededor. Su divisa es: «No se puede morir antes de haber sido feliz». La segunda obra es otro breve poema incompleto de János Arany (1817-1882), que lleva el mismo título.

El primer canto (1850) narra el nacimiento del protagonista, con un naturalismo que recuerda El apóstol (v.) del mismo autor y con un humorismo algo amargo. El carácter de Esteban se di­buja en el segundo canto (1873), que es una encubierta autobiografía del poeta y describe las primeras grandes desilusiones del joven tímido e inexperto en el arte dramático y en el amor.

Este Esteban el Loco convertido en intelectual nada tiene que ver con el personaje optimista de Petofi y sólo se enlaza con él por su limpidez interior, por aquella implícita buena fe en la que Arany gustaba de ver el fundamento de su propio carácter. También llevó el tí­tulo de «Esteban el Loco» un semanario humorístico fundado en 1878, muy popular durante varios decenios y en cuya portada figuraba la imagen del goliardo de Debrecen.

M. Benedek