Protagonista de la novela de su nombre (v.) de Alejandro Pushkin (Aleksandr Sergeevič Puškin, 1799-1837). Es una de las figuras menos felices creadas por el gran escritor, hasta el punto de que justifica el severo juicio del crítico Belinski al calificarle de «personaje melodramático y por lo mismo incapaz de suscitar simpatía», y la observación de Jacimirski, que ve en él «elementos librescos».
Por indignación moral, Dubrovski, que ha sido víctima de injusticias y atropellos, se hace bandolero contra un orden constituido y contra una sociedad que le parecen irremediablemente corrompidos, y persevera en esa rebelión, que considera un sacrosanto deber, aun a costa de arrastrar en su venganza a los inocentes y de dejar impune al verdadero culpable.
Indudablemente contribuye a delimitar sus rasgos el hecho de que Dubrovski, con todos los excesos de un ímpetu romántico, se mueve en un mundo reconstruido realísticamente en todos sus detalles, y por lo mismo sufre la comparación con figuras de mayor eficacia expresiva como la de Troekurov, verdadero tipo del viejo pisaverde ruso del siglo XVIII, caricatura provinciana de los «favoritos» de la capital y tirano barato, o el príncipe Vereiski, otro retrato de tiranuelo salpicado de volterianismo.
Aunque artísticamente no esté bien logrado, el carácter de Dubrovski merece un lugar en la historia de los tipos de la literatura rusa, ya que anuncia, en contraposición con los del siglo XVIII, el que habrá de ser el héroe romántico de la época de Alejandro I, preocupado ante todo de afirmar su nobleza ideal, aunque sea a costa de caer en la retórica del aventurerismo.
E. Lo Gatto