Protagonista de dos comedias de Giovanni Giraud (1776-1834), Don Desiderio desesperado por exceso de buen corazón y El juego de mesa en la feria, o sea Don Desiderio director del Pique-Nique. Es el hombre de la bondad desgraciada, el humanitario que, en su afán de ser útil a los demás, no hace más que granjearse disgustos.
En un período en que, por lo menos en literatura, la virtud producía muchos mártires, perseguidos por la maldad humana, ese hombre puro, víctima de un destino maligno y burlón, parece mostrarnos el aspecto cómico y al mismo tiempo fatal de la injusticia. En la literatura inglesa hallamos una especie de hermano mayor suyo en la inmortal figura de Pickwick (v.) de Charles Dickens, cuya bondad, sin embargo, aunque a menudo puesta a dura prueba, llega al fin a expresarse positivamente y a triunfar.
Pero don Desiderio, en realidad, es un personaje demasiado teatral para representar cumplidamente una figura humana. Como personaje, presiente sus desdichas, goza con ellas porque sabe que divierten al público y se complace en combinarlas hábilmente y en hacerlas sabrosas. Sólo el hombre que en él late, se siente realmente desesperado, pero no logra dominar a su máscara hasta el punto de imponerle su universalidad; tal vez ésta es la única razón de que nos conmueva, ya que, a pesar de todo, nos hace reír.
U. Déttore