[Corinnel. Personaje creado por Madame de Staél (1766-1817) en la novela Corinna o Italia (v.). Joven y bella, genial y brillante, coronada en el Capitolio como poetisa e improvisadora, recibe vida, particularmente, del contraste entre las cualidades opuestas de su mente y su corazón.
Sutil y profunda en las ideas, de espíritu vivaz y diligente, melancólica y alegre, erudita y coqueta y de ardiente imaginación, ha heredado de Voltaire el sentido de humanidad, la fe absoluta en las ideas y en el progreso y el instinto de curiosidad universal, mientras debe a Rousseau el sentimentalismo romántico y el deseo de una humanidad mejor.
Típica representante de la mujer nueva y de la nueva sensibilidad, marca el tránsito de una época a otra y participa de ambas. Despreocupada intelectualmente, su espíritu de independencia femenina deriva de las ideas innovadoras de la Revolución; no obstante, su apasionamiento y su sed de felicidad la hacen, en definitiva, patéticamente ansiosa y profundamente triste. Su feminismo romántico y estético no consigue identificar el arte y la verdad con la vida sentimental: su sueño de gloria es siempre sólo un medio para realizar un sueño de amor.
Por ello, presa en el tumulto de la pasión, acaba siendo traicionada por su misma inteligencia superior y paga con la felicidad su rebelión a cuanto hay de más sencillo y natural en la vida femenina. Corinna es la imagen de Madame de Staël, o, mejor, es ella misma, con sus defectos y gracias, sus bellísimos brazos, sus cabellos negros bajo el turbante de tela, su mirada llena de inspiración y su aspecto de Sibila del Domenichino, cual la ha inmortalizado el cuadro de Gérard.
A. M. Speckel