Héroe de la comedia rusa ¡Qué desgracia el ingenio! (v.), de Aleksandr Sergeevic Griboedov (1795-1829). Es el representante de la nueva generación que se desarrolló bajo el reinado de Alejandro I, el liberal a la europea que se opone a los moscovitas retrógrados.
El tipo, ya de suyo característico, resalta mucho más al lado de los otros personajes: Famusov, el general apegado a las viejas tradiciones, que aprecia en cada uno su posición social, y, en lo tocante al servicio del Estado, no reconoce más que el lado personal, indiferente o más bien hostil a la cultura; Molchalin, el empleado que quiere prosperar mediante la astucia y el servilismo y que simula estar enamorado de Sofía «por deber profesional»; Skalozub, militar que sigue la carrera tan sólo para ascender, e intelectualmente tan infeliz que hasta la pequeña criada Lisa se da cuenta de ello; y, finalmente, Sofía, ejemplo de la educación afrancesada de la época, extraña a sus mismos padres, incapaz de comprender a Chacki y apasionada por Molchalin, por cuanto su imaginación convierte en positivas las cualidades negativas de aquél.
Frente a estos personajes destacan las principales excelencias de Chacki: inteligencia, sentimiento, laboriosidad, conciencia de la dignidad humana individual, amor a la patria y, al mismo tiempo, capacidad para conocer los errores o imperfecciones de su país. La crítica rusa valoró de diversas maneras a esta figura: Belinski le negaba toda profundidad y ponía de relieve sus defectos, llamándole fanfarrón, parlanchín, profanador de todo lo sagrado, nuevo don Quijote (v.); Grigoriev exaltó su carácter heroico; Goncharov reconocía su positivo valor, moral o sentimental, y al mismo tiempo su realización artística.
Esta última es la que acaba por predominar, aunque con reservas, como la de Kotliarevski, por ejemplo, quien acusaba a Chacki y a sus semejantes de cierta indecisión ante el camino a seguir en la vida. Una parte de la crítica ha querido hallar a Chacki en la realidad de la vida rusa; así, Veselovski, que hace alusión a su carácter autobiográfico, relacionándolo con hombres del ambiente de Griboedov, como el filósofo Chaadev, el político Nicolás Turguenev, el poeta Ryleev, etc.
Admitido el valor del personaje de Griboedov como tipo, debe añadirse que desde el punto de vista artístico no es quizá el más logrado de la abundante galería de caracteres que nos ofrece la comedia. Su naturaleza humana se ve quizá reducida por un contraste acaso demasiado intencional y, como consecuencia, por una excesiva acentuación de cualidades positivas. No obstante, símbolo de las aspiraciones de toda una generación, Chacki se redime aun artísticamente por cuanto, frente a los demás tipos, sirve para la reconstrucción completa de un ambiente y una época.
E. Lo Gatto