Autor imaginario de los bosquejos de Boz (v.) de Charles Dickens (1812-1870), y de las memorias Papeles póstumos del Club Pickwick (v.), del mismo autor. Como explica Dickens en el prólogo a esta última obra, Boz era el diminutivo cariñoso que había impuesto a un hermanito suyo en recuerdo de uno de los hijos de El vicario de Wakejield (v.) de Goldsmith.
Boz es un divertido observador de los aspectos de la vida en la baja burguesía londinense, pronto a captar el lado pintoresco de las escenas que su celoso lápiz de «repórter» va anotando, espectador lleno de simpatía pero con cierta tendencia a la exageración caricaturesca; es, en realidad, lo que va a ser Dickens en su época de madurez, aunque con una diferencia: hay en Boz una influencia excesiva del mismo ambiente que describe; carece del suficiente desasimiento propio del artista para poder describir lo vulgar sin acabar por serlo él mismo, o no sabe ver el snobismo de ciertos pequeños burgueses (por ejemplo, el de los que dispensan una gran acogida al elocuente jovenzuelo Horatio Sparkins juzgándole un lord y luego descubren que es empleado de un negociante de tejidos) sin convertirse a su vez en otro snob (puesto que es snobismo creer ridículo en un dependiente de comercio el don de la elocuencia).
M. Praz