[Bérénice]. Reina de Judea que en la tragedia Berenice (v.) de Jean Hacine (1639-1699), sigue a Roma al victorioso Tito, que la ama y ha prometido desposarla.
A pesar de ello, después de cinco años de constante y tierno amor, al morir Vespasiano, Tito, el nuevo emperador, no queriendo contrariar el sentimiento, la costumbre y la ley de los romanos, pretende separarse de ella y enviarla de nuevo a su patria. Berenice, sorprendida, enojada y finalmente abatida, se resiste a ello; en su ingenuidad de mujer enamorada no comprende cómo el todopoderoso romano puede verse de tal manera obligado a sufrir y hacer sufrir, pero, no obstante, se da cuenta de que el obstáculo reside en Tito mismo, en su propia conciencia.
Y ella, que ama al hombre aun cuando no su altísimo rango, se somete por amor a la orden cruel y por amor renuncia a su muerte, que sería asimismo la de él. Sumisa y afligida, parte de Roma, llevando empero consigo el consuelo de saber que Tito no ha dejado ni dejará nunca de amarla. Berenice parece anunciar a otras muchas modernas figuras femeninas del teatro y de la novela que, precisamente como ella, renunciarán al amor para salvar su esencia y su recuerdo.
En Racine, Berenice tiene una vitalidad lírica perfecta, que, en cambio, nos es ya más difícil de reconocer en el Tito y Berenice (v.) de Corneille, en donde aparece sumisa, amorosa y casi suplicante con el fin de alejar a una rival, Domicia, adquiriendo luego una rigidez propia del heroísmo corneliano que, por el amor y el bien de Tito, la lleva a renunciar al matrimonio aun después de superada la oposición del Senado.
V. Lugli