[Beowulf]. Héroe escandinavo, protagonista del poema épico de su nombre (v.), uno de los más importantes monumentos de la literatura inglesa primitiva. Beovulfo es un héroe mítico y sus hazañas son legendarias, pero el ambiente histórico del relato permite encuadrarlo con bastante exactitud en el espacio y el tiempo.
La acción del poema se desarrolla en el siglo VI, o sea en una época en que entre los pueblos nórdicos existen un fermento y un espíritu de lucha y de conquista que prenuncian las grandes emigraciones de los vikingos. De Hygelac, rey de los géatas y tío de Beovulfo, se nos habla también a través de la historiografía medieval. Por diversas fuentes sabemos que en la primera mitad del siglo VI el reino de los catuarios (francos del Norte) se halla amenazado por bandas de hombres del Septentrión (las fuentes medievales hablan ya de daneses o bien de géatas) acaudilladas por su rey Cochiliaco o Hugilaico, que devastan el país y, entablada la lucha, derrotan al rey Teoderico. Pero el hijo de éste, Teodeberto, venga el ultraje: en un ataque por sorpresa contra el enemigo, recupera el botín y mata al rey Hugilaico.
Estos acontecimientos, históricos, están relatados también en el poema inglés y constituyen un buen argumento para poner de relieve el heroísmo sobrehumano demostrado por Beovulfo en la lucha. De la misma forma pueden identificarse históricamente y con suficiente aproximación los géatas (Géatas en inglés antiguo), a cuyo pueblo pertenece Beovulfo: se trata de los «G0tar», que habitaban en la región llamada Oster- gotland, en la Suecia meridional, al sur de los grandes lagos.
En la época a que se refiere el poema los géatas se encuentran en la cumbre de su apogeo; luchan victoriosamente con sus vecinos los suecos y, como hemos dicho, en sus audaces correrías hacia el Sur se aventuran lejos de sus países. Pero a fines del siglo VI su fuerza decrece y muy pronto aquel reino floreciente no será más que una provincia sueca. En la última parte del poema se habla también de esta decadencia, con lo que el relato adquiere un tono profético. Beovulfo es el prototipo del perfecto caballero.
Su generosidad le impulsa continuamente a grandes empresas. Cuando se entera de que la corte de Hrodgar, el rey de los daneses con quien le liga una deuda de gratitud, se ve afligida por las apariciones periódicas de un horrible monstruo (Grendel, descendiente de Caín, v., que vive en las tenebrosas profundidades de un pantano), no vacila en ponerse en camino, acompañado de catorce compañeros, para aportar su ayuda.
Tras una terrible lucha llevada a cabo sin armas de ninguna clase, ya que éstas, por ser humanas, carecen de poder contra un ser infernal, Beovulfo, dando pruebas de fuerza y valor excepcionales, consigue herir de muerte al monstruo, el cual, no obstante, puede huir. La empresa no está aún acabada: el héroe tendrá que vencer todavía a la madre de Grendel, dispuesta a vengar a su hijo, y para ello deberá adentrarse en la guarida del monstruo, una pavorosa caverna subacuática. Alcanza, por todo ello, una gran gloria y vuelve a su patria colmado de honores y ricos presentes, que generosamente ofrece a Hygelac y a su mujer, la reina Hygd.
Con este episodio termina la primera parte del poema. En la segunda hallamos a Beovulfo, que cuenta ya cincuenta años, como sabio y amado rey de los géatas. Muerto Hygelac en combate, Hygd había ofrecido el trono a Beovulfo; pero éste, como perfecto caballero que es, no quiso perjudicar al joven hijo del rey, Heardred, y se limitó a permanecer a su lado como fiel consejero.
Muerto el príncipe en una batalla contra los suecos, Beovulfo asciende entonces al trono. Tras cincuenta años de gobierno, en edad ya avanzada, le aguarda la última prueba: la lucha contra el dragón que devasta el país y al que se siente obligado a hacer frente para defender al pueblo de sus estragos. El combate es terrible: todos los compañeros que el viejo rey escogiera huyen aterrorizados, excepto el fiel Wiglaf, que le asistirá hasta el fin. El dragón es muerto, pero también Beovulfo queda mortalmente herido. Con este acto de supremo sacrificio por el bienestar de sus súbditos termina la vida del nobilísimo héroe.
Los motivos principales de la historia de Beovulfo no son invenciones del anónimo poeta. Algunas sagas nórdicas contienen aventuras parecidas, como la Hrolfssaga (cuyo protagonista es B0dvarr, hermano del rey de los géatas) y la Grettissaga, y es posible que fueran ya conocidas en los más remotos tiempos de la poesía nórdica. Algunos elementos, como, por ejemplo, la descripción de playas y pantanos, los monstruos fabulosos que poblaban aquel sombrío y misterioso mundo y el tono a menudo elegiaco, son muestras de una in- fluencia céltica cuya fuente no se ha podido precisar aún con certeza.
G. M. Porru