[Fánric Stál]. En el ciclo épico del poeta finlandés en lengua sueca J. Runeberg (1804-1877) titulado Relatos del Alférez Stal (v.), este personaje evoca escenas y figuras de la guerra ruso- finlandesa de 1808-1809.
En general se trata de humildes y oscuros soldados cuyas hazañas guerreras merecen recordarse; pero más allá del valor episódico e individual, todos los combatientes de aquella guerra de independencia se erigen, en las palabras del narrador, en heroico símbolo de la libertad y grandeza del pueblo finlandés. Un común destino de sacrificio, «de hambre y de muerte», une a esos hombres, desde los tenaces y modestos soldados rasos como Sven Duba, Munter y la cantinera Lotta Svär (evidentemente inspirada a Runeberg por Béranger) hasta los nobles oficiales Sandeis, Döbeln, von Essen, Duncker y Adler er eutz.
Pero aunque a estos últimos no les falta individualidad poética, como por ejemplo a Sandels, que es el típico guerrero sueco, frívolo y fanfarrón, es sobre todo el soldado raso quien aparece rodeado de un halo de ión religiosa; es sobre todo el hombre ignorado y humilde el que revela en la hora suprema la grandeza de su alma. Sven Duba es uno de ellos: es el soldado torpe e inepto que nunca comprende las órdenes de sus superiores, y que incluso en pleno combate interpreta equivocadamente la orden de retirada, pero mientras se lanza al ataque, salvando así a trueque de su propia vida la de sus compañeros, es alcanzado por un proyectil enemigo «y no en la cabeza, donde no había nada bueno, sino en el corazón, que era lo mejor de su ser».
M. Gabrieli