Agasti o Agastya

Legendario perso­naje indio, famoso sabio y protagonista de arduas empresas narradas en la épica in­dígena y en los Purāna (v.). Su nacimiento fue originado, según un fabuloso relato, por una efusión de semen de Mitra y Varuna (v.) extasiados ante la contemplación de la seductora ninfa Urbaśī (v.). De aquí el epíteto de «Ghaţodbhava» y otros seme­jantes, que significan «nacido en el agua­manil» por aquel en que según la leyenda cayó la simiente que le dio vida. Entre las leyendas de Agasti contenidas en el Mahābhārata (v.), una de las más difundidas es la que trata de la humillación del monte Vindhya por obra de aquel gran sabio.

El Vindhya, envidioso del excelso Himalaya y del divino Meru, a cuyo alrededor el sol trazaba su órbita, se había levantado hasta obstruir el camino al astro del día. Invo­cado por los dioses, Agasti se dirige al Vindhya y lo obliga a bajar hasta permi­tirle pasar fácilmente hacia el Sur, y luego recorrer el mismo camino en sentido in­verso cuando regrese. Pero Agasti no vuel­ve, de manera que el Vindhya permanece reducido para siempre a aquellas modestas dimensiones.

Otra leyenda no menos famosa narra cómo Agasti se tragó el Océano para vengarse de una ofensa y para ayudar a Indra y a los dioses en sus guerras contra una raza de demonios que habían buscado refugio en las aguas. En el Rāmāyana (v.) Agasti desempeña también un papel im­portante. A su eremitorio, situado al sur del Vindhya, llega, juntamente con su con­sorte y su hermano, Rama (v.), que luego había de tener en él un amigo, un conse­jero y un protector.

Agasti es en efecto quien da a Rāma el arco de Vişṇú y quien le acompaña en su triunfal regreso a Ayodhyā, después de catorce años de des­tierro. Varias tradiciones literarias de la India meridional reconocen en Agasti al gran conquistador y civilizador del Sur y al primer maestro y divulgador de las religio­nes, la ciencia y la literatura en aquellas regiones extremas de la península indostánica.

M. Vallauri