[Abū-l-Fath al-Iskandarī]. Protagonista de las Maqāmāt (v.) o esbozos literarios en árabe de al-HamaḏānĪ (m. en 1008). En cada una de estas breves obras, de las que conocemos unas cincuenta, el autor, que se presenta bajo el nombre ficticio de cĪsá ibn Hišām, narra un episodio en el que se revela, bajo los más variados aspectos, su habilidad generalmente dedicada a sonsacar dinero y regalos al proteiforme Abū -l- Fath al- Iskandarī.
Éste se presenta unas veces como un piadoso y docto imán que dirige la oración en una mezquita, otras como el jefe de una quejumbrosa pandilla de mendigos, otras como un saltimbanqui y juglar que hace bailar a una mona, otras como un médico y taumaturgo capaz de resucitar a los muertos, etc.
Todos los relatos terminan bien, con un llamamiento de Abū -l-Fath a la generosidad de sus oyentes. La originalidad, capaz de fecundos desarrollos, de este tipo de la picaresca oriental, resulta sin embargo menoscabada por el hecho de que la acción a menudo no es más que un pretexto para desahogar el virtuosismo lingüístico del autor, en lo cual, para los orientales, reside el máximo valor de esas Maqāmāt que ellos admiran tanto.
Para el lector occidental, en cambio, el interés reside principalmente en la tenue trama narrativa y en el carácter sólo esbozado del protagonista. Hermano gemelo, o mejor dicho, reencarnación de Abū -l-Fath, es el personaje semejante, protagonista de las Maqāmāt de al-Harīrī (m. en 1122): Abū Zayd al-Sarūŷī, que es también un hábil y elocuente aventurero entre literato y truhán, héroe de un cúmulo de episodios de vida medieval musulmana desritos con insuperable riqueza verbal por el célebre escritor de Basora.
Según una declaración del propio autor, su Abū Zayd era una persona real. Sea de ello lo que fuere, su estilización literaria es completamente análoga a la del Abü-l-Fath de al- HamaḏānĪ y, lo mismo que en el caso de éste, las preocupaciones de preciosismo lingüístico ahogan a menudo la vena de la representación artística.
F. Gabrieli