La novela está inspirada en una experiencia realmente vivida por un marinero inglés, Selkirk, que fue abandonado en la isla Juan Fernández. Robinson Crusoe, ávido de aventuras, escapa de su casa a los dieciocho años y se va a correr mundo. Después de un primer naufragio, es capturado por un pirata; se evade y parte para el Brasil, donde trabaja como plantador; luego, vuelve a embarcarse rumbo a Guinea y naufraga por segunda vez.
Las olas lo arrastran, único superviviente, a las orillas de una pequeña isla desierta en la desembocadura del Orinoco. Con un enorme ingenio y habilidad, consigue procurarse poco a poco todo lo necesario para su supervivencia, permaneciendo en completa soledad hasta que tiene que salvar la vida a un salvaje que es perseguido por los caníbales. Robinson lo bautiza con el nombre de Viernes, y lo convierte en su amigo y criado fiel. Después de haber permanecido veintiocho años en la isla, Robinson Crusoe será finalmente encontrado por una nave y devuelto a su patria.