[Portraits contemporains]. Colección de semblanzas críticas de Charles-Augustin de Sainte-Beuve (1804-1869), publicada en 1846 y en una nueva edición, corregida y aumentada, en 1869-1871. Son testimonios críticos sobre los escritores contemporáneos.
Sainte- Beuve, que se considera embarcado en el mismo navío que sus coetáneos, declara asimismo, como si tratase de mostrar la absoluta independencia de su temperamento, que no quiere ser clavado con una flecha de oro a la estatua de ningún ídolo. El examen de la obra de Lamennais y de Quinet, de Montalembert, de Barante y de Thiers indica también el interés del autor por las investigaciones cultas, estudios filosóficos y programas políticos. Pero el libro — siempre notable por la precisión y claridad de información, por la finura del análisis y la agudeza de juicio — es esencialmente literario. Las páginas dedicadas a Musset, Balzac, Delavigne, Parny, alternan con escritos sobre Fauriel, Constant, Gautier, X. de Maistre, Tópffer y Mérimée; allí se encuentran también palabras de admiración y consideraciones agudas acerca de Leopardi.
Son muy interesantes, en particular, los estudios sobre obras de Hugo, Lamartine y George Sand. Muchas páginas aparecen sin embargo pálidas y descarnadas en comparación con la densidad de Los lunes (v.); el mayor interés de estos Retratos reside en el carácter de interpretación que, por vez primera, se dio a la disposición espiritual y a los motivos artísticos de los tiempos de Sainte-Beuve. Y en la parte dedicada a personajes hoy olvidados (como por ejemplo, Charles Magnin, Mlle. Bertin, J. V. Le Clerc) el autor acude a sutiles aproximaciones a los autores de primer orden para explicar problemas literarios y situaciones culturales. Estas páginas tienen asimismo una notable importancia como documentos históricos y representan, en ciertos aspectos, el único testimonio sobre obras hoy imposibles de encontrar.
C. Cordié
Sainte-Beuve nos ha legado maravillosas biografías de espíritus: nada más y nada menos. Su crítica, siempre realista, encierra un gran valor artístico, como expresión de caracteres en su individualidad, aunque adolecen de un escaso alcance científico, porque no encierran una ciencia del individuo. (Lanson)
Incluso cuando es injusto con los hombres o cuando se equivoca al hablar de su valor, Sainte-Beuve se mantiene como un gran crítico. (Thibaudet)