[Il ritratto mascherato]. Boceto teatral de Antonio Fogazzaro (1842-1911), representado el 26 de febrero de 1902 y publicado, el 1.° de marzo siguiente, en la «Lettura» de Milán y, en alemán, en la «Neue Freie Presse» de Viena. Tiene un solo acto.
Cecilia descubre, en un cajoncito de la escribanía de su esposo, algunas cartas y un retrato escondido, que es la revelación de una intriga amorosa. Pero el marido murió poco antes, en deliciosa armonía con ella y en paz con Dios, estrechando un Crucifijo. ¿Por qué tender una sombra sobre la memoria del difunto y permitir que un fantasma adverso se levante entre ella y el recuerdo del amado? Cecilia no se deja vencer por la tentación de leer aquellas cartas y ordena a su madre que las queme, que lo queme todo. Es una victoria del amor sobre la evidencia. Tesis que, en el teatro, resulta peligrosa. El público no quiso saber nada de esta Cecilia increíblemente ideal y se entregó a una grosera algazara, a pesar de que las reseñas de los periódicos procuraron inmediatamente enmascarar el fracaso.
P. Nardi