[Rhetorica]. Publicada en París en 1471, es obra importante para el conocimiento de las relaciones entre el Humanismo francés y el italiano. Guillaume Fichet (siglo XV) continúa la obra de Nicole de Clemanges, que rehabilitó en las escuelas de Francia la enseñanza de la retórica, y refuerza con ello una tradición de cultura verdaderamente fundamental para la civilización francesa.
Se quiere ver en su obra un eco del Humanismo italiano y de los debates que tuvieron lugar en Italia a principios del siglo XV. Más que encerrarse en el estudio gramatical de las obras antiguas, Fichet proclamó la necesidad de una cultura humana que tuviera mayor conexión con la realidad de la vida y que fuera capaz de engendrar un nuevo interés por las grandes meditaciones del pasado. Profundizando el problema literario y filosófico del Humanismo, instaura un mejor conocimiento de las doctrinas de Platón. La retórica no debe ser tan sólo el arte de hablar bellamente, sino la educación del espíritu, comprensión de las necesidades morales y políticas de la vida, y sobre todo la afirmación del pensamiento bajo la eficacísima guía de los grandes antiguos. La actitud de Fichet, que más tarde será continuada por su discípulo Robert Gaguin, en cuanto a la reivindicación de la cultura francesa frente al mundo italiano, es ágil y segura.
Sus afirmaciones en favor de una cultura verdaderamente renovadora están valoradas por varias «Epístolas», con las cuales enviaba copia de su libro a los doctos y a los poderosos. Estudiadas recientemente en los manuscritos originales, revelan el interés de Fichet por la vida de la cultura y por los acontecimientos de su tiempo. Entre las más importantes están las dirigidas al cardenal Besarion y al papa Sixto IV.
C. Cordié