[L’évolution de la poésie lyrique en France au dix-neuviéme siécle]. Obra publicada en 1894. Más conocida por su tendenciosa exposición que por los méritos de una construcción histórica, esta investigación está basada en una concepción de naturaleza positivista: la evolución de un género literario, que hay que entenderla, dice el autor, de modo diferente a la historia misma de este género. Dotado de condiciones oratorias y de cierta claridad didáctica, el autor estudia los orígenes de la lírica contemporánea, comenzando por las actitudes prerrománticas y románticas de Bemardin de Saint- Pierre, de Chateaubriand y de André Chénier.
La emancipación del Yo por obra del Romanticismo, engendra un nuevo género de poesía, y si Hugo, después de superar su primera manera, alcanza una verdadera evolución personal, Lamartine, Sainte-Beuve como poeta y De Musset dejan sentir una finura ejemplar, una agudeza pasional y nostálgica que roza con la morbosidad y el sufrimiento. La lírica sufre después una transformación por influjo de la novela, particularmente del sentimentalismo de George Sand; Vigny y Gautier avanzan decididamente un paso dentro de las propias tendencias románticas, uno por su meditado y fuerte sentido de la existencia, el otro por una plástica variedad muy suya de efectos y de impresiones. Junto a los narradores naturalistas y realistas, líricos como Leconte de Lisie y Heredia abren el camino al simbolismo y a las nuevas experiencias artísticas, que entre versos libres y búsquedas poéticas, señalan el vértice de una profunda evolución de la literatura francesa.
El error de Brunetiére consiste en valorar por sí y en sí actitudes áridas y externas de escuelas literarias, en lugar de valorar personalidades y pálpitos creadores. Sin embargo, el insistir en una línea histórica, si bien es perjudicial para cuanto se refiere a la individualidad y al acento de varios poetas, puede interesar históricamente por la tentativa de rebasar la incertidumbre de una crítica verdaderamente impresionista. La obra muestra en el autor la necesidad de «superar el positivismo por medio del positivismo»; pero carece de la ayuda de una verdadera metodología, y también acusa la ausencia de un fresco e inmediato juicio crítico.
C. Cordié