[Educatión as Science]. Obra de Alexander Bain (1818-1903), publicada en Londres en 1879. Puede dividirse idealmente en tres partes: la primera sienta las bases psicológicas de la obra educativa, la segunda trata de los métodos, y finalmente la tercera contiene la exposición de sus puntos de vista. En la primera parte, Bain se adhiere a las investigaciones y al método de la psicología experimental. Parte de los hechos psíquicos, los examina, los confronta y establece así los atributos de la inteligencia. De las tres grandes funciones del intelecto, la distinción, la concordancia y la retentiva, esta última es la que más se identifica con el proceso educativo. De este análisis, saca Bain conclusiones importantes, tales como la alternancia de las actividades y aplicaciones intelectuales y morales. Estas últimas se unen en asociaciones emotivas que determinan el amor y el odio, los gustos, el miedo, etc., asociaciones que han de ser vigiladas, por depender de ellas el carácter. Bain propone el ejercicio de las emociones intelectuales mediante la actividad personal, el arte, la ética y la disciplina, que es apoyada por la emulación, por el premio y el castigo.
En cuanto a los castigos naturales, sugeridos por Rousseau, observa Bain que el muchacho debe ser protegido de las consecuencias naturales de muchos de sus actos; por eso relega estos castigos naturales a la escuela donde «la indocilidad se castiga a sí misma». Termina esta primera parte analizando los valores de las principales ramas del saber humano. Coloca en primer plano a la ciencia, que es «el cuerpo más perfecto de verdad y del modo de alcanzarla»; comprende las «matemáticas», las «ciencias experimentales e inductivas», la «historia natural» y las ciencias morales y del espíritu. El último lugar corresponde a las lenguas; de éstas, las muertas se dejan para los eruditos, considerando en cambio a las modernas de gran utilidad. En cuanto el método, la lógica y la psicología indican el camino a seguir, que va de lo simple a lo complejo, de lo particular a lo general y abstracto, de lo indefinido a lo definido, de lo empírico a lo racional, del análisis a la síntesis, de lo corpóreo a lo incorpóreo. Los métodos son: el inductivo o práctico, y el deductivo o teórico. Después de tratar de los elementos principales del lenguaje hablado y el escrito, se refiere el autor a la importante cuestión de la lección objetiva. Ésta debe seguir su curso ateniéndose a su condición esencial, que consiste en tener un «propósito definido, un fin delimitado». Pasa luego al método aplicado a la geografía, que ha de aprenderse mediante la observación de los más sencillos objetos geográficos reales. El método histórico consiste en limitarse a lecciones concernientes a los hechos estrechamente ligados a las pasiones humanas, desprovistos de toda abstracción. El método aplicado a la aritmética muestra la necesidad de hacer preceder la práctica y los ejercicios a la teoría; en cuanto a las ciencias, explica por qué cada rama se inicia con una parte «general», seguida de otra «especial», mediante lecciones prácticas y objetivas.
La lengua materna se aprende asociando los nombres con los objetos que representan; no por eso debe renunciarse al uso de la gramática al aprender una lengua extranjera o muerta. En la literatura patria, el estudio de los autores modernos debe preceder al de los antiguos, de modo que de la prosa más perfecta, el alumno vaya gradualmente descendiendo a la menos perfecta; y los prosistas han de preceder asimismo a los poetas. Luego, el autor discute largamente sobre la importancia de los clásicos, considerando el latín y el griego como facultativos en su programa de estudios. Este programa se desenvuelve alrededor de tres puntos principales: ciencia, humanidades, composición y literatura nacional. Las ciencias van divididas en dos grupos: el uno comprende las ciencias fundamentales: aritmética, geometría, física, química, biología, psicología; el otro, las ciencias naturales. Quedan la historia, las ciencias sociales, la economía política y la jurisprudencia. A las humanidades agrega también Bain un curso de literatura universal. La composición o literatura nacional o «ha de centrarse en los comienzos o ha de extenderse a lo largo de todo el curso de los estudios». Bain llama al conjunto de estas tres ramas «educación liberal». Termina la obra tratando de la educación moral. La moral proviene sobre todo de nuestra experiencia, templada en la fragua de la sociedad, que de continuo nos ofrece ejemplos que no son indiferentes para nuestra educación. Bain, por fin, cree necesaria en su programa la educación artística, «como una de tantas fuentes de deleite». El autor ha utilizado todo el material psicológico preexistente, además de sus investigaciones personales, para constituir la ciencia pedagógica a base de la Psicología. Pero en las minuciosas investigaciones que realizó, aparece un límite: el propio límite del saber científico respecto a la educación. Ésta es, en efecto, creación y realización de valores, y como tal, depende no sólo de la ciencia, sino sobre todo de la filosofía.
M. Maresca