Libro de poemas del poeta mejicano. El misterio de la vida y de la muerte, la evocación de la dicha inmediata sobre la tierra, el balance postrero ante el presentimiento del ocaso vital y la constante recordación de Dios forman los temas principales de estos versos escritos en los últimos años de su existencia.
Nervo recuerda aquí un pensamiento de Novalis, «Morir es un acto filosófico», y da a su poesía un profundo temblor impregnado de inquietudes metafísicas. Es uno de los libros en que se advierte con mayor claridad la actitud del escritor frente a lo que él llamaba «el Arcano». El dolor dominaba su alma, la resignación triunfaba frente a la angustia, y un inveterado misticismo se acentuaba decisivamente en su verso. Había muerto ya Ana Cecilia Luisa Dailliez, la «amada inmóvil», y Nervo encontraba el único consuelo en la poesía. Parece que, sin amargura ni resentimiento, el poeta dijera adiós al mundo.
A. Chumacero