[L’Antimachiavel ou Examen du «Prince» de Machiavel]. Obra juvenil del príncipe Federico de Prusia, que luego fue rey con el nombre de Federico II el Grande (1712-1786). Escrita en francés en 1739 y enviada por el príncipe, que se dedicaba con mucha afición a estudios filosóficos y literarios, a Voltaire, fue corregida por éste y publicada en Londres en 1741. La obra se propone ser una confutación, capítulo por capítulo, del Príncipe (v.) de Maquiavelo, que el autor no considera en su significado histórico y nacional, sino como texto de política práctica, expresión de aquel «maquiavelismo» tan difundido entre los que reinaban en el siglo XVIII. Su objección más substancial es que el Príncipe se desarrolla sin preguntarse el origen y la naturaleza del oficio de príncipe, esto es, sin una filosofía preliminar del derecho y del Estado en la cual el arte político halle su significado espiritual.
El autor, entonces, desarrolla su teoría contractualista del Estado, repitiendo a Locke, pero con menos antihistoricismo, antes bien con una teoría genética, que recuerda una análoga de Vico. Ve el origen de la sociedad civil en la unión con el fin de recíproca defensa, no de individuos aislados, sino de grupos sociales familiares primitivos. El Estado tiene el cometido de procurar el bienestar y la defensa de los súbditos, y el príncipe es su primer magistrado. Por este camino avanza su crítica al maquiavelismo,, aunque con una híbrida mezcolanza de consideraciones filosóficas y tiradas retórico-moralistas, en gran parte suprimidas o aligeradas por Voltaire. Con todo, la obra tiene el mérito de haber contrapuesto al mero tecnicismo político del maquiavelismo una concepción más amplia y orgánica del problema político, la concepción que el siglo XVIII podía ofrecer a un hombre, como el príncipe Federico, dotado de buena cultura, pero no genialmente filosófico.
G. Preti