Diálogo alegórico de Luciano de Samosata (alrededor de 125-185, d. de C.) importante como el Sueño (v.) y el Pescador (v.) del mismo autor, y también por los elementos autobiográficos que contiene. Mientras en el Pescador defiende su modo de filosofar y de juzgar a los filósofos, Luciano en el Acusado justifica la forma que ha dado con mayor frecuencia a sus escritos: con el sobrenombre de Siró, se disculpa de la doble acusación que le han dirigido la Retórica y el Diálogo ante un tribunal del que forman parte Hermes y Diké (la Justicia); a la Retórica, que se lamenta de haber sido abandonada cuando le procuraba aplausos y aclamaciones, Luciano contesta reprobándole, sin dejar la forma alegórica, su vanidad, su frivolidad, y su vulgaridad; al Diálogo, que le acusa de haberlo rebajado en su seriedad y gravedad para hacerlo cómico y burlón, opone el haberle hecho así más agradable y bien acogido por los oyentes, obligándole a sonreír y. asemejándole a la comedia. En conjunto el Acusado, es una de las obras de Luciano que, por la habilidad de su sátira, por la variedad y la continua viveza del diálogo, y por la dramaticidad de la representación, mejor caracterizan, no solamente la actividad literaria del escritor, sino también la personalidad y la grandeza del artista. [Trad. española de F. Baraibar (Madrid, 1889-90).]
C. Schick