[De agricultura]. Formaba tal vez parte de la enciclopedia con que Marco Porcio Catón (234-149 a. de C.), lleno de desdén contra la pedagogía griega, se proponía instruir a su hijo. La enciclopedia constaba de los preceptos y mandamientos concernientes a la agricultura, la medicina, el arte oratoria, el arte militar, abundando en fórmulas y sentencias morales. Sólo ha sobrevivido este tratado de agricultura, manual del perfecto granjero. Se adivina en él al viejo censor que quiere guiar a su hijo, deseoso de emplear capitales en negocios agrícolas. Le advierte y aconseja acerca de la ordenación de la propiedad agrícola y de la casa, acerca de los trabajos agrícolas en las diferentes estaciones, el mantenimiento de los animales y de las plantas; la manipulación de los vinos y el aceite; las fórmulas de los ensalmos; las recetas culinarias; las oraciones para los sacrificios campestres; los contratos legales. El tratado que ha sobrevivido es sin duda un compendio del libro original. Obra árida y campesina, escrita en un lenguaje lleno de fórmulas, considera el campo solamente en su aspecto lucrativo. Estilo duro y pobre, y tono imperativo son las características formales de este libro que abre la vasta y copiosa literatura agrícola romana.
F. Della Corte