[De anima). Obra teológica compuesta entre el 208 y el 211 por Quinto Septimio Florencio Tertuliano (155-60 hacia 240). El tema de la obra enlaza con un opúsculo precedente de Tertuliano, contra el materialista Hermógenes y hace resaltar desde el comienzo el contraste entre Filosofía y Cristianismo en las investigaciones acerca de la esencia del alma; y confuta las teorías de las varias escuelas filosóficas griegas que revivían en formas diversas, en las herejías de la época. El alma, afirma Tertuliano, basándose en conceptos estoicos y sobre todo en el médico Sorano de Efeso, creada por el soplo de Dios, es corpórea, aunque de una corporeidad particular; concepto verdaderamente singular en un sabio de la Iglesia, sólo explicable por la absoluta libertad de que Tertuliano podía disponer, al tratar de un tema no determinado todavía por la doctrina eclesiástica. Esta alma corpórea e inmortal, en cuanto ha sido creada por el soplo divino, es una, uniforme y racional; provista de funciones distintas, organizadas un órgano central, el corazón. Desde el nacimiento tiene en sí las capacidades que se desarrollan después gradualmente mediante la percepción sensorial y el trabajo del pensamiento; a la primera da Tertuliano pleno valor, oponiéndose a Platón del cual también confuta la doctrina del conocimiento basada en la reminiscencia.
Creada buena, pero libre, inclinada al bien, pero imperfecta, el alma está dotada de libre albedrío y puede obrar el mal. La segunda parte del tratado está dedicada a resolver el delicado problema de la unión del alma con el cuerpo; según Tertuliano, el alma se une al cuerpo en el momento de la procreación, y hereda de los padres la culpa del pecado original. Se desarrolla, pues, con el cuerpo, participa en toda su vida y se libera, sólo parcialmente, en el sueño y el éxtasis. Con la muerte ocurre, en cambio, la completa separación entre cuerpo y alma, y ésta recibe en un lugar subterráneo el premio o el castigo de todo lo que ha hecho sobre la tierra: los mártires suben acto seguido al cielo; las otras almas se unirán a ellos sólo después del juicio final y la resurrección del cuerpo. El De Ánima, obra de alto significado, es la primera psicología ideada sobre una base cristiana: partiendo del dogma, pero disponiendo, como ya se ha dicho, de cierta libertad, Tertuliano crea una teoría psicológica netamente racional, obedeciendo a su íntima necesidad de explicarlo y de comprenderlo todo.
La construcción, lógicamente ordenada de la obra, aun sin perder su unidad, es interrumpida por frecuentes digresiones en las cuales son expuestos y explicados problemas de menor importancia o confutadas doctrinas de varios filósofos, como la teoría pitagórica de la resurrección y la posibilidad de evitar la muerte, mediante un bautismo particular, como lo afirmaba el filósofo gnóstico Menandro. No sabemos qué porción de conceptos de Tertuliano es original, ni qué porción se deriva de los teólogos griegos anteriores a él. Su estilo y su lengua llevan el sello de una fuerte personalidad, caracterizada por una dialéctica estricta y una ardiente pasión por la nueva fe.
E. Pasini