Dionisios, dios del teatro, aquí representado como tímido y glotón, es un enamorado de Eurípides y quiere llevarlo de nuevo a la Tierra. Tras un coloquio con Heracles ya experto en el viaje al Hades, se apresta a llevar a cabo su propósito en compañía de su esclavo Jantias. Una vez cruzado el río del infierno en la barca de Caronte y con el ensordecedor acompañamiento de un coro de ranas (de aquí el título), llegan a los infiernos.
Allí Esquilo y Éurípides se disputan el trono de la tragedia, teniendo a Dionisos por juez. Por más que Eurípides le parezca un gran sabio, Dionisos encuentra a Esquilo más convincente: pesados luego los versos de ambos con una balanza adecuada, el dios se decanta decisivamente por Esquilo. Las dos taberneras, el colérico portero de Plutón y el cordialísimo Plutón figuran entre los personajes que encuentran en el Hades.