[Rime]. De Dino Frescobaldi (1271?-1316) se nos han conservado veintidós composiciones, entre canciones y sonetos. A la poesía de Frescobaldi le perjudica, a veces, indirectamente, su proximidad cronológica con Cavalcanti y Dante, poetas de los que se muestra discípulo.
El «dolce stil novo» había fijado de modo típico el lenguaje poético y la doctrina del amor; Frescobaldi repite, en conjunto, uno y otra volviendo a orquestar sus procedimientos técnicos y verbales, variando y dando mayor ponderación a sus cadencias. Su poesía, en efecto, aspira tanto a la doctrinal sutileza y preciosismo psicológico de Cavalcanti como a la solemnidad lírica y amplitud arquitectónica propia de las canciones dantescas. Pero aunque limitada en sus formas y en sus temas al ámbito del «dolce stil novo», la poesía de Frescobaldi es de inspiración pura e intencionadamente literaria.
El esfuerzo, la tensión de la técnica y del tono son particularmente perceptibles en las canciones («Un sol pensier», «Poseía che dir convienmi», «Voi che piangete», «Morte avversara»), en las cuales la solemnidad de la nota inicial se desvanece o se suspende en duros fragmentos fraseológicos, y la imitación ambiciosa de la técnica de la figuración psicológica de Cavaleanti, exagerándola, la convierte en impoética y material. Pero del ardor de la tensión lírica y estilística brotan de vez en cuando modos y formas de belleza súbita e inusitada, de aspereza no privada de efectos sugestivos. Lo mejor de esta poesía se busca hoy en los sonetos, allí donde, encuadrándose en la nítida y nada ambiciosa estructura del «breve carme», se entrega a las alabanzas de la «Madonna» o a una menos turbia dulzura de lamento («Una stella con si nova belleza»; «Quest’é la giovinetta ch’Amor guida», etc.).
D. Mattalía
Dino Frescobaldi… como otros, a veces se propone y resuelve cuestiones de amor, pero en este quehacer se despierta aquí y allí la poesía. (B. Croce)