Forma parte de las Escenas de la vida privada, en los Estudios de costumbres de la Comedia Humana
En París, en la miserable pensión de Mme. Vauquer viven, junto con otros tristes o patéticos personajes, Eugéne de Rastignac, un joven estudiante, pobre pero ambicioso, que se haya decidido a abrirse camino en la vida; Vautrin, un enigmático personaje del que posteriormente se sabrá su condición de presidiario evadido; y Goriot, un viejo que parece corroído por una secreta pena.
Paulatinamente, Eugéne descubre el secreto de Goriot, que no es otro que el de haberse arruinado por querer asegurar una vida acomodada a sus dos hijas, Anastasie y Delphine, las cuales, una vez casadas, la una con el conde de Restaud y la otra con el barón de Nucingen, ven ahora a su padre tan sólo para sacarle el poco dinero que le queda. Durante una violenta discusión que tienen las dos hijas en su presencia, Goriot es víctima de una crisis de apoplejía.
En la agonía es presa de un delirio de pasión paternal, convencido de que sus dos hijas (que están en cambio en un baile) se hallan a la cabecera de su lecho. Muere, después de darles su bendición, entre los brazos de Rastignac, que será el único en acompañar el cortejo fúnebre hasta el cementerio de Pére-Lachaise. Desde aquí, dominando París, Rastignac lanza su desafío a la sociedad: «Ahora nos veremos las caras».