[Les comédiens sans le savoir]. Cuento de Honoré de Balzac (1799-1850), publicado en 1846. La breve narración, construida casi según la técnica de la moderna «revista» teatral, se basa en una trama sencillísima. El señor Silvestre Palafox-Castel-Gazonal, hidalgo provinciano, pequeño industrial del Rosellón, ha ido a París para un pleito que tiene con la administración de su provincia. El buen hombre recuerda que tiene en París un primo lejano, León De Lora, que se ha convertido en el pintor de moda de la capital, y recurre a él en busca de una recomendación cerca del Gobierno. Éste consigue satisfacerlo; pero, entretanto, sorprendido por la pintoresca ingenuidad de Gazonal, se une con su amigo Bixou, el famoso caricaturista, y se da el gustazo de pasear durante un par de días al primo por los ambientes más característicos de la capital; así, Gazonal ve un salón aristocrático, se relaciona con el mundo de las actrices y de las cortesanas de lujo, con un sombrerero escritor y filósofo, con una quiromántica que suele ser consultada por los ministros, entra por un instante en el ambiente del periodismo, en el que entrevé con estupor sus complicadas intrigas, oye discurrir con aturdidora elocuencia a una especie de rey de los peluqueros satisfecho de su arte, y por fin a un pedicuro doctrinario de la revolución social. La ingeniosa obra fue para Balzac poco más que un juego; pero esta pequeña multitud de charlatanes entusiastas y de astutos especuladores se agita en sus páginas con viveza extraordinaria; y las observaciones de este sentencioso escritor tienen todavía un gran interés para la historia de las costumbres.
M. Bonfantini