Comedia novelesca con elementos mágico-mitológicos, de Juan de la Cueva (1550?- después de 1610), que fue representada en la huerta de doña Elvira de Sevilla, por Pedro de Saldaña, siendo Asistente de la ciudad don Francisco Zapata de Cisneros, en 1579. Consta así en el texto príncipe de Primera parte de las Comedias y Tragedias de Joan de la Cueva, 1588. Se basa el extraño argumento en la rivalidad entre las hermanas Arcelina y Crisea, que aman ambas a Menalcio, y odian a Fulcino, su cortejador. Arcelina mata a su hermana y huye; síguense una serie de aventuras, en que se acusa de asesino a Menalcio; y Fulcino, mediante la magia, quiere adivinar el lugar donde se esconde la sobreviviente. Interviene una intriga bucólica, y en ella el pastor Olimpio mata por yerro al odioso Fulcino. Cuando van a ajusticiar a Menalcio, Arcelina revela la verdad y es perdonada por el gobernador que es precisamente su padre.
Intervienen en los conjuros de Fulcino de la Segunda Jornada, las almas de Aquiles, Egisto, Isis y Dido, que dan un extraño matiz mitológico a la obra. Es curioso que se trate de justificar el fratricidio por amor. La parte mágica se parece a determinadas escenas de El trato de Argel (v.) y La Numancia (v.) de Cervantes, que no siendo anteriores a 1580, pueden estar influidas por la obra de La Cueva. La versificación, ya en los copiosos endecasílabos (notables algunos del Conjuro), ya en los octosílabos, sin ser dura, carece de la ágil flexibilidad de la primera época de Lope y de los coetáneos de la escuela valenciana (salvo Virués, que se asemeja a La Cueva). La obra, ha sido reimpresa por Icaza.
A. Valbuena Prat