Encerrado en un manicomio, Oskar Matzerath recorre con la ayuda de su tambor de hojalata —un juguete infantil a la vez que un instrumento mágico— las vicisitudes de la familia y de su vida, presidida por la elección, a los tres años, de no crecer más y de ser un enano por odio de sus dos padres (el oficial y el primo y amante de su madre, Bronski).
Su rememoración comprende la vida de su madre (desde que fuera concebida bajo las cuatro sayas de la mítica abuela campesina, en un campo de patatas) hasta su nacimiento lleno de presagios; luego se pasa a su infancia, a su negativa de crecer, a su oposición y posterior adhesión al nazismo, y a su experiencia teatral y erótica (con la diminuta Roswitha) en una compañía de liliputienses. El final de la guerra separa a Oskar de Danzig y lo lleva a Düsseldorf; a los veintiocho años decide crecer y hacerse compositor de música para tambor, rico y famoso fuera y dentro del manicomio.