Especie de poema idílico en prosa, obra del novelista español José M.a de Pereda y Sánchez de Porrúa (1833-1905), publicado en 1882. El sabor de la tierruca pertenece al período de plena madurez del autor, en que los motivos de la montaña y el mar adquieren una expresión, la mejor y más adecuada al temperamento del autor. Este libro se lo prologó cordialmente don Benito Pérez Galdós. Cossío, el crítico y erudito también montañés, dice: «El sabor de la tierruca es el propio Polanco y cuanto se divisa desde el porche de su parroquia», pensándose en modelos arrancados de la realidad para sus personajes.
«Libro rústico y serrano — decía Menéndez Pelayo — que viene cargado de perfumes agrestes y no nos trae ni problemas, ni conflictos, ni tendencias, ni otra cosa ninguna, sino lo que Dios puso en el mundo para alegrar los ojos de los mortales: agua y aire, hierba y luz, fuerza y vida». En realidad, Pereda tuvo una mentalidad limitada, un ideario conservador, cariño a su tierra, a su paisaje, a sus montañas, a su mar, y supo cristalizar todo ello en una forma de novela que se amoldaba a una primaria y poco profunda concepción del mundo y de la vida.