[La Gibigianna]. Comedia en cuatro actos en dialecto milanés de Carlo Bertolazzi (1870-1916), representada por vez primera en Milán en 1898.
«La Gibigianna» es la falsa luz que, sobre la vida trabajosa de los pobres, refleja el esplendor de la riqueza, encendiendo deseos y envidias. Enrico, joven de familia acomodada y de carácter violento, ha roto con los suyos para seguir su inclinación amorosa, y vive ahora pobremente con una muchacha del pueblo, Bianca. Habita un cuarto en una casa humilde y gana unas pocas liras, que apenas si bastan para su vida, haciendo de copista. Enrico odia a los ricos; para Bianca, en cambio, la riqueza que ella conoce a través de una entretenida, amiga suya, es el espejismo irresistible. La acción se limita a las disputas y escenas violentas que surgen entre los dos amantes y que terminan con el abandono del amante por la amada; en el regreso de Enrico, que espera a Bianca en la iglesia, decidido a recobrarla, y que al negarse ésta la hiere con un cuchillo; y, finalmente, en las paces entre Bianca, que yace herida en el lecho, y Enrico, que es salvado de la prisión por una falsa declaración de ella.
La acción termina con la felicidad de ambos. La comedia corresponde al teatro de ambiente, en el que la trama sirve de pretexto para escenas de conjunto en las que se mueven diferentes clases sociales. Su defecto radica en contraponer estas clases sólo de modo ideal, sin lograr fundirlas en una acción única, aun cuando Bertolazzi trate, en el segundo acto, de lograr un efecto escénico presentando en primer plano un refinado restaurante al aire libre y al fondo el baile de una casa popular, haciendo mover en los dos planos distintos a los representantes de ambos mundos sociales.
F. Federici
[Sus dramas] son obras realizadas un poco a la buena de Dios, un poco mecánicamente, pero, de ordinario, tienen movimiento y brío teatral. La Gibigianna le salió felizmente y, desde luego, es lo único que quedará de todo lo suyo. (B. Croce)