Colección de cincuenta apólogos, que forman la primera parte de la obra, más cuatro partes más que ya no son relatos sino aforismos y breves frases sentenciosas de muy difícil comprensión, escritos por don Juan Manuel
Los diferentes cuentos o apólogos se enlazan entre sí a partir de un mismo artificio estructural-narrativo: el joven conde Lucanor consulta a su ayo Patronio sobre un tema en concreto que le interesa; Patronio, en vez de darle una respuesta directa, le narra una breve historia, que guarda alguna coincidencia con el caso expuesto por el conde, y que termina invariablemente con un pareado final en forma de dístico, en el que se encierra la moraleja de la historia y donde radica la verdadera finalidad didáctico-moral de la obra de J. M. Todos los cuentos, o eixemplos, son de tipo muy variado: hay fábulas esópicas y orientales, alegorías, relatos fantásticos y heroicos, parábolas y cuentos satíricos. Los consejos que encierran sirven para resolver diversos problemas; así, unos atañen a la salvación de las almas y otros sirven a las honras, haciendas y estados y a múltiples cuestiones de orden material. La meditada técnica del autor, junto a la estructura lineal y abierta del texto constituyen las notas de mayor innovación de la obra en su apertura hacia estructuras narrativas posteriores.