[Dva mira]. Drama lírico del poeta ruso, publicado en 1873. La concepción del arte que anima al poeta, desarrollada con estrecha adherencia y con la evocación del mundo eslavo oriental, hace de este drama una toma de posición ideológica de notable importancia, tratando de demostrar la victoria última del cristianismo sobre el paganismo, aun rindiendo homenaje a la grandeza espiritual y patriótica del mundo antiguo: tema y estructura análogos a los del drama Tres muertos (v.), no sin ciertas referencias a actitudes ya expresadas, si bien con menor madurez, en los bosquejos de Roma (v.).
La figura central del drama, que se desarrolla en la época de Nerón, es Decio, animado por un ardiente amor a Roma y, al mismo tiempo, hombre de profunda cultura griega, que desprecia la miseria de los «retóricos y mimos» y es incapaz de un profundo sentimiento humano. En contraste con el mundo pagano ya declinante, personificado en Decio, están el patricio Marcelo y la cortesana Lida, convertidos al Cristianismo: representan la idea del amor humano destinado a salvar el mundo. El contraste se pone en evidencia no sólo por la presentación de los dos mundos sino por el choque entre Decio, que en Lida, conocida por él como cortesana, ansiosa y ardiente de vida, descubre un alma nueva y para él incomprensible, y la misma Lida, que en vano trata de convertir a su nueva fe a Decio, quien, como para afirmar la victoria de su mundo, se envenena en su palacio durante una fiesta.
El drama gira por completo en tomo a estos dos héroes, cuyo significado simbólico es evidente. Debido probablemente a ese acentuar el valor simbólico de la figura principal, el drama queda más bien frío, si se prescinde de la reconstrucción del mundo pagano conseguida por el clasicista Majkov con mayor efectividad que la del mundo cristiano. Trad. italiana de Nicola Festa (Lanciano, 1921).
E. Lo Gatto