[Two Maryit Women and the Wedo]. Diálogo del poeta escocés. Empleando el verso aliterativo de Langland y de Chaucer, narra lo que simula haber escuchado, escondido, de lo que se decían las tres mujeres del título. Dunbar tiene pluma fácil y su cinismo es extraordinario; lo que cuenta, hay quien dijo, podría hacer ruborizar a los personajes menos púdicos de Chaucer. Las mujeres están algo bebidas y, en el jardín, cuentan cosas de todos los colores.
Notables, y muy escabrosas, las observaciones sobre las obligaciones del matrimonio. El diálogo es principalmente un ejercicio literario; quizá, un «pastiche» burlesco para satisfacer la moda romántica de la corte. El arte es siempre consciente; en el sarcasmo y en las palabras fuertes parece sorprenderse el gusto del autor, que triunfa en el uso de las palabras y de las rimas.
A. Camerino