[Charles IX, oü L’école des rois]. Tragedia en cinco actos de Marie Joseph Chénier (1764-1811), escrita en 1788. Primero prohibida por la policía, fue impuesta a la fuerza por el pueblo y representada en agosto de 1789 con gran éxito, debido más que nada a las circunstancias del momento. Danton llegó a decir que aquella tragedia mató a la monarquía como el Barbero de Sevilla (v.) había matado a la aristocracia, y Desmoulins la consideró más provechosa que una batalla ganada. Carlos IX está representado en ella como inepto y abúlico, completamente dominado por la voluntad de la reina madre Catalina de Vlédicis, por el cardenal de Lorena y por él duque de Guisa. Estos tres personajes, con habilidad diabólica, persuaden al rey de que, para la salvación de la corona, por prestigio personal y por el bien del país, se debe aniquilar a los protestantes; Carlos trata de resistir, aterrorizado por la responsabilidad; luego, subyugado por las palabras del cardenal, presa de un culpable celo religioso, consiente la matanza de San Bartolomé. Los remordimientos no tardan en asaltar el ánimo del rey, que vaga pálido y tembloroso por palacio; el canciller, De L’Hôpital, va a darle cuenta de la carnicería; Enrique de Navarra, su cuñado, le hace ver la terrible responsabilidad que ha adquirido con el país y la historia. El ánimo tembloroso del monarca no se sostiene: maldice a sus consejeros y, en una crisis de remordimiento y miedo, cae desmayado a los pies del trono. La tragedia, aun conservándose rígidamente clásica en la construcción, es casi romántica por el contenido y desarrollo, sobre todo por su carácter “nacional”; pero peca gravemente por la frialdad y uniformidad de la expresión y de los caracteres.
G. Alloisio