[Hannibal]. Tragedia de Christian Dietrich Grabbe (1801-1836), publicada en 1835. En una serie de escenas carentes de unidad dramática narra la ruina de Aníbal, y con él, de su ciudad. El único protagonista es Aníbal; los demás personajes no son sino comparsas, necesarios para dar más resalte a la gigantesca figura predominante del héroe, víctima de la «hybris» histórica y de la maldad de sus enemigos personales en Cartago. Sus escenas nos trasladan del mercado de Cartago al Capitolio, de las puertas de Roma, a Gaeta o Capua, del palacio incendiado de Barca en Cartago a la corte del rey Prusias en Bitinia, donde Aníbal termina su vida. El poeta se permite muchas licencias con la realidad histórica para hacer más concentrada su obra: así, por ejemplo, hace coincidir la batalla de Zama con la ruina de Cartago. Son violentas y crudas las situaciones, constantemente, y toda la palabra de Aníbal, llena de lacónica ironía y sarcástica tristeza, parece expresar directamente el alma del poeta, el cual, en la época de la composición del Aníbal se hallaba también en un estado de exasperación moral. El caudillo cartaginés no puede lograr sus proyectos de largo alcance, que se derrumban ante la miope concepción de los mercaderes, y la egoísta avaricia de sus conciudadanos, a los que el poeta contrapone la fúlgida superioridad de los romanos. Con su estrechez de miras los prooios cartagineses contribuyen a la victoria final de sus enemigos. La tragedia tiene escenas de innegable potencia, a pesar de sus exageraciones de todo y sus desigualdades y discordias; conservó una vitalidad propia aun en tiempos en que el nombre del poeta estaba ya casi olvidado.
G. Guerrieri