[Kómives Kelemen]. Balada popular húngara (transilvana). El capataz de los albañiles que construyen el castillo de Déva, viendo que lo hecho durante el día se derrumba por la noche, recuerda la superstición según la cual una nueva construcción ha de estar cimentada con sangre humana y jura matar a la primera mujer que traiga la comida a su marido. La suerte quiere que la primera en llegar sea precisamente la mujer de Clemente, y la desgraciada, después de haberse despedido de su hijo y de su marido, es sepultada en la fortaleza. La balada, que se inspira en un antiguo motivo elaborado artísticamente muchas veces (la superstición era corriente entre judíos y, simbólicamente, entre los primeros masones) tiene una vibración emotiva y un incentivo dramático que la colocan entre las obras maestras de la poesía popular.
G. Hankiss