Wilhelm Waiblinger

Nació el 21 de no­viembre de 1804 en Heilbronn del Neckar y murió en Roma el 17 de enero de 1830. En Urach, cerca de Reutlingen, a donde se trasladara la familia, obtuvo un empleo de escribiente en el tribunal territorial; per­maneció allí durante un año (1819-20), y estuvo de vez en cuando, como oyente, en el seminario, centro en el cual estudiaba también Mörike (v.), quien aprecióle mu­cho pero luego le abandonó. Frecuentó el instituto de Stuttgart, donde tuvo por maes­tro a Schwab (v.). Ingenio precoz y tempe­ramento emotivo, compuso muy pronto poe­sías; son notables los Cantos de los griegos [Lieder der Griechen], escritos casi en com­petencia con los Griechenlieder de Müller. A este período pertenece asimismo una tra­gedia, Odio y amor [Hass und Liebe].

En otoño de 1822, llegado a Tubinga para el estudio de la Teología, conoció a Hölderlin (v.), ya en absoluto presa de la locura, e, inspirado por la lectura de Hiperion (v.), compuso y terminó en octubre del mismo año una novela epistolar, Phaéton, dedicada a su amigo Matthisson. Sintióse próximo a Hölderlin por una especie de afinidad elec­tiva; escribió acerca de él un ensayo, poco antes de su muerte, titulado Vida, poesía y locura de Friedrich Hölderlin [Friedrich Hölderlins Leben, Dichtung und Wahnsinn], y publicado póstumo en la revista Contem­poráneos (1831). Con frecuencia sentíase insatisfecho de sí mismo y de los demás, y en cierta ocasión llegó a intentar el suici­dio. Deseoso de leer a Vasari, empezó muy pronto el estudio de la lengua italiana. Entre sus autores preferidos cabe mencionar tam­bién a Homero, Dante, Boccaccio, Tasso y Goldoni; fue también una de las lecturas predilectas de W. Ardinghello (v.), de Heinse.

Con esta preparación espiritual estuvo tres veces en Italia; en 1823; 1824, en Milán, y 1826, en Roma, donde permanecería has­ta su muerte. Mientras tanto, había escrito Cuatro narraciones de la Grecia actual [Vier Erzählungen aus dem jetzigen Griechen­land], obra inspirada en Byron, a quien gustó compararse, y Tres días en el mundo de los infiernos [Drei Tage in der Unter­welt], con alusiones satíricas a los román­ticos. En Roma (el viaje habíale sido pa­gado por el editor Cotta, gracias a la inter­vención de Schwab) la vida pareció son- reírle, finalmente. Enamoróse de una viuda, que le correspondió, y conoció a Platen (v.), el cual, aunque en condiciones precarias, prodigóle su ayuda cuando Cotta suspendió las subvenciones. Relacionóse también con el escultor danés Thorwaldsen y August Kopisch, el descubridor de la Gruta Azul.

De Roma se dirigió a Nápoles y Sicilia. Sin embargo, su vida agitada e irregular llevóle a la tuberculosis y al sepulcro. Se halla enterrado en el cementerio protestante de la Ciudad Eterna, tras la tumba del hijo de Goethe. Las Poesías de Italia (v.), que figuran entre lo más bello de su produc­ción, en que se hallan contenidas singular­mente en el Diario de Italia y de Grecia de los años 1829 y 1830 [Taschenbuch aus Italien und Griechenland auf das Jahr 1829 und 1830], mezcladas a narraciones, entre las que destaca el gracioso cuento Los anglos en Roma [Die Briten in Rom], De 1829 es la mediocre tragedia Ana Bolena, reina de Inglaterra [Anna Bullen, Königin von England], Canitz publicó las obras de Waiblinger en nueve tomos (1839-40), en una edición no completa; las Poesías aparecieron en 1844, gracias al interés de Mörike.

F. Campanile