Viktor Dyk

Nació en Pshovka, cerca de Mělník, el 31 de diciembre de 1877, y murió el 15 de mayo de 1931 en una isla de Dalmacia.

Durante sus estudios de Derecho en Praga, empezó a participar en la vida polí­tica y se adhirió al partido radical, de cu­yos órganos Pokrokovd revue [Revista pro­gresista] y Samostatnost [Independencia] fue eminente redactor entre 1907 y 1914.

En el curso de la primera Guerra Mundial sufrió persecuciones y prisión. Tras la libe­ración de Checoslovaquia, es nombrado di­putado nacional-demócrata, redactor de los Národni listy y representante de la oposi­ción, con acusada tendencia nacionalista.

Con el seudónimo de Viktor Souchek pu­blicó improvisaciones líricas y canciones irónicas en diversas revistas. Sus primeras colecciones —La fuerza de la vida (1898) y Vanidad (1900) — ofrecen, en versos con­cisos y carentes de ornamentación retórica, aspectos pesimistas y desoladores.

Entre los tomos de poesías políticas merecen ser re­cordados Sátiras y sarcasmos (1905), Fábulas de nuestra aldea (1910) y la tetralogía Pasos leves y pesados (1915), O también (1918), La ventana (1920) y El último año (1922).

En el campo de la épica, dejó un ciclo de baladas románticas de ambiente silvestre, La amante de siete bandoleros (1906), el conjunto de novelas exóticas José Moro (1911) y el poema de fondo rural La lucha de Jiří Macků (1918). Con sus ver­sos elípticos y lacónicos, Dyk parece reac­cionar frente a los de carácter melódico y fluido de los poetas pertenecientes al grupo «Lumir».

Entre sus producciones en prosa cabe citar El pífano (1915), Los dedos de Habacuc (1925), Mi amigo Chehona (1925), caricatura de un advenedizo a quien cua­dran todos los regímenes, y El fin de Hackenschmid (v.) y Diciembre (1906), que habían de formar parte de un vasto ciclo de carácter documental.

Entre sus obras tea­trales señalemos El mensajero (1907), dra­ma de la época de la Montaña Blanca; Don Quijote se vuelve juicioso (1913) y la fá­bula escénica Andrés y el dragón (1921).