Nació en Zafra (Badajoz) el 19 de marzo de 1734, murió en Madrid el 12 de marzo de 1787. De familia pobre, pasó su infancia en Zamora; pero encontró medios de estudiar latín y retórica en Salamanca y Madrid, empleándose en esta última ciudad, primero como archivero en casa del duque de Alba y después como bibliotecario de la Real. Puso su habilidad literaria a disposición de los poderes públicos para los epígrafes e inscripciones que se ostentaron en Madrid con motivo de la entrada del rey Carlos III (1759).
De carácter inquieto, salió de España y estuvo durante algún tiempo en París. A su regreso, los ataques indirectos que dirigió Contra el conde de Aranda le valieron una condena en una fortaleza, conmutada por el destierro a Granada; de nuevo en Madrid, renovó los ataques contra Aranda y sufrió una segunda condena, conmutada también por el destierro a Orán. Pasó más tranquilos los últimos diez años de su vida, después de regresar a Madrid, donde se dedicó a la literatura, que le dio fama con Raquel (1778, v.), la mejor tragedia española del siglo XVIII, juntamente con la colección del Theatro hespañol (1785-86, v.), que provocó agrias polémicas en tomo al teatro nacional del Siglo de Oro, que él atacó excluyendo, en efecto, de su colección a todos los grandes autores, excepto Calderón.
G. C. Rossi