Siculo Diodoro

Nació hacia el año 80 a. de C. en la ciudad siciliana de Agirio. Allí pudo relacionarse frecuentemente con los romanos, cuya lengua aprendió.

Residió largo tiempo en Roma, donde reunía cier­tos elementos esenciales para su labor histórica mediante la lectura directa de docu­mentos que su dominio del latín le permi­tía. Además, para completar su preparación viajó a través de muchos territorios euro­peos y asiáticos, «entre infinitas penalida­des y riesgos»: en efecto, intentaba obte­ner un conocimiento directo de los lugares teatro de acontecimientos históricos para no incurrir en las mismas equivocaciones de otros escritores.

De tales peregrinacio­nes quedan en su obra muy pocas huellas. Visitó, indudablemente, Egipto, donde tuvo contactos con sacerdotes procedentes de Etiopía, y concretamente Alejandría, cuya minuciosa descripción pone de relieve la profundidad de observación del autor. Em­pleó treinta años en la composición de una inmensa obra titulada Biblioteca histórica (v.), dividida en cuarenta libros y escrita en un lenguaje grecohelenístico exento de pretensiones puristas.

En ella pretendió ex­poner una historia universal desde los orí­genes lindantes con la fábula hasta la con­quista de Britania por César; de este modo, quiso dar satisfacción a las exigencias del gran público grecorromano, que gustaba ver desarrollarse paralelamente las historias de Grecia y Roma. Lleno también del acen­tuado regionalismo propio de los sículos, no olvidó trazar asimismo la evolución his­tórica de Sicilia.

Al término de su labor, Diodoro quiso comprobar el desarrollo de la obra, pero ya una prematura edición, lle­vada a cabo a sus espaldas, había aparecido antes de esta última revisión.

M. T. Chianura