Nació el 23 de mayo de 1810 en Cambridgeport (Massachusetts) y murió en un naufragio frente a la isla de Fire (Nueva York) el 19 de junio de 1850.
Su familia era de ascendencia puritana. Poseedora de una inteligencia precoz (aprendió a leer con una rapidez que Emerson comparó a la de Gibbon), estudió bajo la estrecha vigilancia de su padre, quien, con su insistencia, llegó a perjudicar la salud de la muchacha, pero logró que supiera leer ya el latín a los seis años; a los diecisiete sabía el griego, el francés y el italiano.
De 1839 a 1844 sostuvo en Boston «conversaciones», una brillante forma de instrucción para las mujeres que le permitió ganarse el sustento, y escribió La mujer en el siglo XIX (v.). Colaboradora de The Dial, revista de los trascendentalistas, revela tal habilidad en la crítica, que Horace Greeley la llamó a Nueva York para obtener su colaboración en The New York Tribune; en aquella ciudad aparecieron sus trabajos críticos sobre las obras más recientes de los poetas y ensayistas ingleses.
En 1846 visitó Europa, desde donde escribió algunas cartas publicadas por el citado periódico; durante la estancia en el Viejo Mundo conoció a varias personalidades europeas, como George Sand y Mazzini. En el curso de este viaje trabó relación con el joven marqués italiano Angelo Ossoli, quien llegaría a ser su marido; tal matrimonio no fue anunciado hasta que su primer hijo tuvo ya un año.
En 1849, nuestra autora se hallaba en Roma cuando los franceses conquistaron la ciudad; durante el asedio colaboró en obras benéficas, y luego, con su marido y su hijo, se refugió en Florencia, donde compuso una historia de la República Romana que no llegó a ver la luz, por cuanto desapareció en el naufragio del que fue víctima toda la familia al regresar a América.
Siempre enferma, afligida por dolencias nerviosas, trabajó, no obstante, sin interrupción y poseyó una^ simpática y vigorosa personalidad; su excéntrico carácter parece haberse sosegado un tanto durante la permanencia en Italia. En 1869, Horace Greeley publicó sus obras, integradas por tres volúmenes de escritos aparecidos anteriormente en The New York Tribune (v. Vida exterior y vida interior ).
L. R. Lind