San Vicenç Ferrer

Dominico y orador catalán. Nació en Valencia en 1350 y murió en Vannes (Bretaña) en 1419. Hijo de Gui­llem Ferrer, notario gerundense establecido en la ciudad del Turia, ingresó a los diecisiete años en el convento dominico; estudió lógica en Barcelona, disciplina que pronto explica­ría en Lérida. Nuevos estudios en Barcelona y en Tolosa, preceden a su ordenación sacer­dotal y a los comienzos de su predicación apostólica. Desarrolla en Valencia una in­tensa obra social contra la corrupción de costumbres y las banderías. Su oratoria se hace convincente y se producen numerosas conversiones, sobre todo entre los judíos. Fue confesor real. Amigo y consejero del papa Benedicto XIII, es procesado y absuelto por la Inquisición. El pueblo le sigue y le atribuye portentosos y abundantes milagros.

Intervino decisivamente en dos importantes acontecimientos de su época: el cisma de Occidente y el Compromiso de Caspe. En el primero se declaró partidario del papa Mar­tín V, a pesar de su amistad con Benedic­to XIII, e inclinó el ánimo del rey catalán a negar la obediencia al llamado anti­papa. En Caspe preparó muy parcialmente la unión con Castilla y, valiéndose de su oratoria y de su prestigio, contribuyó al triunfo de Fernando de Antequera en la crisis dinástica de la corona catalana. Partiendo de Caspe, reanuda sus predicaciones públicas. Recorre el Delfinado, Saboya y va­lles de los Alpes y más tarde el Piamonte y Lombardía. En estos viajes convirtió a mu­chos herejes y pecadores.

Su oratoria es eminentemente popular y en ella se vale principalmente de tres recursos: el léxico del hombre de la calle, el ejemplo en anéc­dotas y la onomatopeya. Así sus Sermones (v.) resultan pintorescos y amenos, pero la estructura doctrinal es siempre sólida y meditada. San Vicenç Ferrer compuso además algu­nas obras en catalán de poco valor literario y otras en latín: Contemplado molt devota de la vida de Jesucrist, impresa en el si­glo XVI; Ordinacions de la cofradía de los Disciplinantes, y en latín Tratado de la vida espiritual (v.), opúsculo de edificación mo­ral. Fue canonizado en 1455.