Nació en Nápoles el 27 de septiembre de 1696 y murió el 1.° de agosto de 1787 cerca de Nocera (Salerno). Formóse con los religiosos de S. Felipe Neri, estudió música y leyes y ejerció la abogacía. Sin embargo, su acusada tendencia a la vida espiritual llevóle a recibir en 1724 las órdenes sagradas. Ocho años después fundó la congregación de los «Redentoristas», destinada a la asistencia religiosa de los campesinos. En 1762 fue nombrado obispo de S. Agata dei Goti; pero en 1775 renunció al ejercicio de tal dignidad y dedicóse por entero a la institución anteriormente fundada, en la que permaneció hasta su muerte. Su vida constituyó un infatigable ministerio de predicación y caridad, en el que desplegó una gran energía en la lucha contra los vicios.
Durante el hambre que asoló Italia en 1704 vendió su coche, su pectoral y su báculo para socorro de los necesitados. De su meticulosa ética es testimonio la Theologia moralis (1748), en siete libros, en los que pretende concentrar el grado preciso de conveniencia o indignidad de las acciones humanas. A su labor apostólica se hallan vinculadas singularmente las Canzoncine spirituali, exhortaciones a la oración colectiva difundidas por los templos, los hogares y el campo, y uno de los ejemplos más sugestivos de poesía popular italiana. Como músico dedicóse al género sacro; de su producción en este aspecto no queda sino un Recitativo y dúo entre el alma y Jesucristo (1760, v.). Fue canonizado en 1839 por Gregorio XVI, y en 1871, Pío IX lo proclamó doctor de la Iglesia.
V. Terenzio