Nació el 3 de diciembre de 1857 en Benaque, un barrio de la villa de Macharavialla, en Málaga, y murió el 1.° de abril de 1933. Poeta y escritor español, perteneció a una familia modesta, y a los dieciocho años apenas sabía escribir su nombre. Ejerció en Málaga varias ocupaciones, y, finalmente, Núñez de Arce llevóle consigo a Madrid y le obtuvo un puesto en La Gaceta. Ingresó como funcionario provisional en los archivos, y fue asignado a la biblioteca de la Universidad. Publicó en diversos periódicos (El Globo, El Imparcial) artículos llenos de color sobre Andalucía, que, reunidos en un tomo, fueron luego traducidos al francés, al italiano y al alemán. En 1883 Núñez de Arce presentó su primer volumen de versos (Noventa estrofas). Alcanzaron gran éxito los Cuadros de Andalucía (1883), a causa de su carácter intensamente pictórico. El primer libro importante de poesías de nuestro autor fue En tropel (1892), aparecido con un pórtico de Rubén Darío.
Entre sus restantes colecciones poéticas figuran Cantos del Norte, Cantos de Castilla, La procesión de la naturaleza y Cantando por ambos mundos. En 1911 vio la luz la primera edición de sus Poesías completas (v. Poesías). Rueda escribió también obras en prosa, como él mismo dice «para ver hasta qué punto podía pintar con la lengua y producir brillo y color»; entre ellas cabe mencionar Granada y Sevilla (1890). De 1900 a 1906, ante la invasión del modernismo, calló como poeta. Sólo en 1902 fue representada en La Corufia, Madrid y otras ciudades una comedia suya en verso, La Musa, anteriormente aparecida en Buenos Aires, y que gustó sobre todo por su espontaneidad y su naturalidad. En 1906 Rueda publicó su mejor y más discutida novela: La cópula, novela de amor. Nuestro autor viajó mucho y estuvo incluso en Filipinas y Sudamérica, donde fue objeto de entusiastas recepciones.
Vivió y murió pobre. Su poesía,’ demasiado vasta en producción y temas, atestigua la riqueza exuberante de un espíritu no suficientemente disciplinado, circunstancia que da a sus páginas un evidente carácter discontinuo en cuanto a los matices. Abundante en imágenes, inclinado al fasto decorativo, espléndido señor e innovador de la versificación, creador de un colorido fantástico, y prodigiosamente musical, compite con Rubén Darío, y es considerado precisamente un precursor del modernismo, que no quiso aceptar como teoría.
P. Raimondi